
El buen humor es un factor fundamental a la hora de ofrecer los tratamientos de estética, y es que cuando no existe, nuestras clientas lo notan.
Es sinónimo de buena salud y además, al extrapolarlo al trabajo, ayuda a la mejora del rendimiento, no solo tuyo como profesional, también en tus servicios. Y es que el buen humor es el mejor marketing para nuestro centro de estética.
Claves para sacarle partido al buen humor
Ser optimista y alegre es una apuesta ganadora en todos los ámbitos de la vida, por lo que incluirlo en el día a día de nuestro centro de estética es fundamental. El objetivo principal es conseguir una visión positiva y la sonrisa será la mejor aliada para lograrlo. Recibir a nuestra clienta con simpatía y positivismo a la hora de realizar los tratamientos, hará que se relaje y que se sienta cómoda con el servicio que le estamos proporcionarlo.
También debemos contagiar nuestro carácter agradable. Durante los tratamientos de estética la clienta se debe sentir en armonía con nosotras pues no está confiando su belleza, su cuidado personal, algo muy importante para ella. Debemos entenderla y tenerla en cuenta ya que no solo le proporcionamos un servicio, sino que cuenta con nosotras como expertas.
En la explicación del proceso de los tratamientos también debe estar acompañado de buen humor. Detallarle de forma fácil y educada qué hacemos en cada momento y para qué sirve cada paso que seguimos asegura la confianza y la cercanía de nuestra clienta. Por otra parte, al crear un ambiente de confianza, el tratamiento será mucho más afectivo.
La simpatía se refleja además cuando proporcionamos ventajas a nuestras clientas, esto se puede traducir en descuentos por fidelidad o regalo de muestras de producto para que los prueben. Ese trato personalizado y los consejos sobre los mejores tratamientos de estética para ella manifiestan la preocupación por su bienestar.
Son muchas razones para ser agradables en nuestro trabajo y sobre todo disfrutar con lo que hacemos. Al observar que funciona y que nuestras clientas están contentas con los tratamientos que reciben nos subirá la moral y por tanto, mejorará también ánimo.
Se trata de un círculo en movimiento, nuestro humor afecta a nuestras clientas, su estado de ánimo influye en nuestra empresa, y el bienestar y progreso del negocio influirá en nosotros cerrando este círculo. El buen humor solo trae positivismo a nuestra vida y a nuestro trabajo y se verá reflejado en la opinión que nuestras sobre la empresa.