
Las suscripciones son una de las mejores soluciones, que puedes ofrecer a los clientes de tu negocio de estética, belleza o bienestar. ¿Por qué? Porque les permites disfrutar de la posibilidad de acceder a un plan de tratamiento completo a un precio fijo, aportándole la flexibilidad que necesita para acudir a sus sesiones y consumir las que necesite dentro de un número máximo. Por ejemplo, una suscripción puede funcionar tanto para un tratamiento anti-acné como para una oferta de tarifa plana en manicuras.
Al pagarlos en efectivo, con tarjeta o mediante domiciliación bancaria (mes a mes), podrán tener la flexibilidad de pago que desean, mientras tu negocio se asegura unos ingresos regulares y recurrentes.
Para acertar en el diseño de tus suscripciones, piensa siempre en el tipo de servicios que vas a realizar, los plazos y las veces que se puede repetir durante el mes, el trimestre, el semestre o el año y plantea un precio medio, que se ajuste al número de sesiones aproximadas que necesitará el cliente. La idea es definir un máximo para poder mantener una rentabilidad y usarlo para ir pautando las visitas del cliente al centro.
Por ejemplo: 2 veces por mes, 6 veces en un trimestre o distribuyendo un total de 12 visitas, de acuerdo con el plan de tratamiento (6 en los primeros 2 meses y el resto repartidas durante el año, a razón de 1 o 2 por mes, de acuerdo con el progreso del cliente).
Con este método, consigues que el cliente pague por adelantado, esté pendiente durante el período de suscripción de las citas que necesita y lo mejor, puedas realizarle un seguimiento o retoques incluidos en el precio. ¿Quieres saber más? ¡Abajo de damos más tips e ideas para sacar partido a los distintos tipos de suscripciones!
Por qué ofrecer distintos tipos de suscripciones a tus servicios
1. Suscripciones mensuales. La fórmula perfecta para conseguir recurrencia y regularidad.
En este caso, los servicios de estética y belleza ideales para ser recogidos dentro de una suscripción mensual son los que requieren de una repetición cada pocas semanas, ya sea por consejo del profesional (inicio intensivo de un tratamiento) o bien, por necesidad del cliente. Por ejemplo:
- Limpieza facial e hidratación (hasta 2 por mes).
- Exfoliación facial y corporal (hasta 2 por mes, 3 si se combinan).
- Masajes de distinto tipo por zonas: pequeña, mediana, grande (hasta 4 por mes).
- Manicuras y pedicuras (hasta 4 por mes si es un servicio solo y hasta 6, si se combinan).
- Depilación de cejas (hasta 2 por mes).
- Depilación con cera (hasta 2 por mes si es para la misma zona). Por ejemplo, para vello facial y axilas cada 2 semanas (hasta 3 por mes combinando zonas); para el resto del cuerpo, cada 3 o 4 semanas, con lo cual podremos diseñar suscripciones mensuales o bien, trimestrales.
Así, pueden venir a una o dos sesiones, de acuerdo con sus necesidades, a realizar repasos e incluso, recurrir a tarifas planas por zonas en el caso de la depilación con cera o el masaje para combinar sesiones y rentabilizar la suscripción. Por ejemplo: axilas e ingles al mismo precio en depilación, así como espalda o piernas, pero nunca masaje de cuerpo entero dentro de la misma suscripción.
2. Suscripciones trimestrales - semestrales. La mejor solución para tratamientos con plazos y repetición.
En este caso, los tratamientos requieren de sesiones más distanciadas, pero que llevan pautadas una repetición dentro del trimestre o del semestre. En este caso, podrás ofrecerlas en un formato anual o bien, comprimirlas en una suscripción más corta, renovable a 3 meses o a 6 meses más. La diferencia entre ellas es la cantidad a pagar, la duración necesaria del tratamiento o el criterio que quieras aplicar sobre tu plan.
Por ejemplo, para este tipo de suscripciones de 3 o 6 meses renovables, podrás apostar por tratamientos estéticos, que requieran de menor recurrencia como puede ser el caso de:
- HIFU facial o corporal (2 sesiones por trimestre / máx. 5 por semestre).
- Dermapen (puedes optar por un plan semestral o anual, poniendo 1 sesión a cada mes o mes y medio, con una media de 5 o 6 sesiones).
- Carboxiterapia: en este caso, el número total recomendado es de 16 a 20 sesiones con al menos 1 por semana. Así, podrías crear un plan semestral con una sesión semanal o una suscripción trimestral con 16 sesiones).
- Depilación láser: al tratarse de un servicio que se realiza habitualmente cada 5 u 8 semanas, de acuerdo con la zona, podrás plantear suscripciones semestrales con un máximo de 5 sesiones).
Si bien, hay algunas suscripciones que podrás ir renovando como el caso del HIFU o el láser, hay otras, que deberás ceñir a tu plan de tratamiento de acuerdo con el número total de sesiones recomendadas.
3. Suscripciones anuales, ideales para un plan estético anual.
Por último, nos encontramos con las suscripciones anuales. Estas pueden ser la solución ideal para dar forma a un plan de tratamiento anual, que requiera de sesiones, que se distribuyan de forma desigual durante el año. Tenemos un número limitado de sesiones, pero los tiempos de aplicación y de espera de las sesiones son distintos.
Por ejemplo, podrás centrar tus suscripciones anuales en dar forma a tus tratamientos de medicina estética como:
- Bótox y ácido hialurónico + sesiones de retoque incluidos (puedes combinar zonas o trabajar sólo una zona, dejando pasar al menos 6 meses entre sesiones).
- PRP y mesoterapia con vitaminas (una sesión a cada 4 a 6 meses), por tanto podrás crear un plan combinado o realizar los servicios por separado poniendo entre 2 o 3 sesiones al año).
- Dermapen (aquí podrás realizar entre 5 o 6 sesiones al año, concentrándolas al principio y espaciándolas después).
- Radiofrecuencia (en este caso, podrás vender una suscripción anual con un máximo de 10 sesiones, concentrando 6 en los primeros dos meses y después, ir espaciándolas durante el resto del año para realizar un mantenimiento, de acuerdo con las necesidades del cliente y el plan de tratamiento creado por ti).
¿Cuáles son las ventajas principales de ofrecer distintos tipos de suscripciones en tu negocio?
- Aseguras ingresos fijos y seguros cada mes durante el período de suscripción. Tanto si vienen como si no, al tratarse de un pago anticipado o automático mes a mes por domiciliación, recibirás ingresos.
- Flexibilidad para acudir las veces que quiera dentro de los usos estipulados y recomendados por tu personal para ofrecerles los mejores resultados y la mejor experiencia de cliente.
- Garantizas la recurrencia y permanencia de tus clientes, al conseguir que acudan con frecuencia a un servicio que ya tienen pagado y al que pueden acudir dentro de un número determinado de sesiones. Así, aprovechando que te van a visitar con frecuencia, podrás hacerlos partícipes de tus programas de fidelización y trabajar en la venta cruzada de productos y de servicios más sencillos y complementarios.
- Puedes aprovechar su recurrencia y el diseño de un plan de tratamiento personalizado para realizar un seguimiento exhaustivo a tus clientes, basado en consultas de evaluación, de asesoramiento entre sesiones, de resolución de dudas, así como de recomendación de rutinas de cuidado para complementar el tratamiento recibido durante su suscripción: desde las manicuras hasta el tratamiento con infiltraciones de bótox y ácido hialurónico.
¿Qué te han parecido estas ideas? Si quieres poner en marcha tus propias suscripciones y adaptarlas al tipo de tratamiento, a las necesidades del cliente y a tu forma de trabajar, apuesta por un sistema online de gestión como flowww.
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