Muchas veces confundimos tener un negocio con ser emprendedoras. Si bien, en ocasiones ambos conceptos suelen ir de la mano, no siempre es así. La diferencia está en un matiz muy importante: la mentalidad, la creatividad, la capacidad de adaptación y aprendizaje constante así como, la habilidad para hacer crecer el negocio que con tanta ilusión han montado.
Puedes tener un negocio y seguir trabajando como si todavía fueras una empleada. Si bien, ya no dependes de un jefe, sigues echando mil horas, enfocada en atender a los clientes que te van entrando y en ganar el suficiente dinero como para poder mantener tu negocio abierto. Eres una autoempleada, tratando de subsistir.
Sin embargo, una emprendedora con mentalidad empresarial es mucho más que eso. Una no nace siendo emprendedora y empresaria. Se convierte, trabajando, explorando y evolucionando. Hoy te contamos los secretos para dar el paso y empezar a trabajar en ello.¿Te apuntas?
5 tips de mentalidad empresarial para emprendedoras
1. ¡Cambia el chip! Es momento de trabajar en tu mentalidad.
Si bien, una empresaria y una emprendedora son conceptos distintos, cuando se combinan y se muestran equilibrados conforman el tándem perfecto. La primera figura tiene habilidades claves como la estrategia, el control del negocio, los gastos y las inversiones, así como la responsabilidad y la confianza en sí misma. Mientras tanto, la segunda es más creativa, empática, colaboradora y sabe cómo funciona todo de primera mano.
Si quieres convertirte en una emprendedora con mentalidad empresarial, deberás cambiar el chip y trabajar en ti. Sí, como lo lees. Todo empieza en tu mente, en la forma en que te concibes a ti misma y cómo gestionas tus emociones, pensamientos y expectativas.
Con ello, te invitamos a que:
- Dejes de autolimitarte y autosabotearte. Olvídate de los 'No puedo', 'No valgo', 'No se me da bien' y empieza a desarrollar tu capacidad para adaptarte y aprender. No te metas presión extra. Relájate, confía en ti y ponte a prueba constantemente. No debes tener prisa, sólo tienes que abrir la mente y levantarte cada día con ganas de aprender.
- Dejes de trabajar mil horas al día, sin tener un objetivo claro. Si sólo piensas en facturar, sin tener claro cuánto, cómo y por qué, te frustrarás y tendrás siempre la sensación de que no llegas y que no puedes.
2. Descubre el potencial del dinero como inversión en mejoras para tu negocio.
Cuánto ingresas, cuánto gastas, cuánto tienes... No paras de pensar en ello, pero desde un punto de vista disperso y sin tener un control efectivo. Sin una visión clara cómo aumentar tus ingresos, cómo gastarlos y cómo reinvertirlos, lo único que conseguirás es tener una economía de subsistencia.
El paso definitivo viene de la mano de la visión de negocio y de un sistema que te ayude a llevar el control de todo el dinero que entra y sale. Si sabes lo que tienes, podrás realizar acciones para aumentarlo. Si sabes lo que gastas, podrás encontrar el equilibrio, llevando un control, mientras te atreves a realizar inversiones que te ayuden a mejorar tu negocio.
Con ello, nos referimos a una reforma, nuevos muebles, nuevo equipamiento, mejores productos, nuevo personal, formación especializada, nueva tecnología que te sirva de apoyo en tu día a día, e incluso, en marketing y publicidad para llegar a tu público ideal.
Recuerda: el dinero es un medio para conseguir lo que quieres, no un fin.
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3. ¿Qué pretendes conseguir? Aprende a trabajar con objetivos y una estrategia clara y bien definida.
Muchas veces cuando el dueño de un centro, salón o clínica se pregunta qué es lo que desea conseguir o qué metas sueña con alcanzar, lo expresa de forma abstracta y poco definida. Los deseos más comunes son 'facturar más', 'vender más', 'conseguir más clientes', 'tener más citas', etc.
Pero, ¿cuánto más? ¿Con qué objetivo? La idea es que con el cambio de mentalidad, se empiece a trabajar con objetivos y una estrategia clara. Por ejemplo:
- 'quiero llegar a una facturación de 6000 euros este mes'
- 'quiero vender al menos 20 bonos'
- 'quiero conseguir 10 nuevos clientes este mes'.
Si sabes lo que quieres y pones cifras concretas, te será mucho más fácil trabajar para conseguir tus objetivos y buscar medios que te ayuden a llegar a donde quieres. Con ello, llegan otras preguntas como:
- '¿Qué puedo hacer para conseguir mi objetivo?'
- '¿Cuánto tengo que invertir para alcanzarlo?'
- '¿Qué acciones debo poner en marcha y en qué canales?'
- '¿Cómo voy a medir mis resultados y saber si he alcanzado mi objetivo o cuánto me falta?'
Tener una estrategia y una metodología de trabajo bien enfocada empieza por hacerse las preguntas adecuadas. Las respuestas a ellas son las que te ayudarán a definir tu pauta. Empieza a trabajar con intención, planteándote objetivos reales y alcanzables, que puedas medir, celebrar como pequeños triunfos y superar mes a mes.
4. Aprende a convertirte en una líder para ti misma y para tu equipo de profesionales.
Ser emprendedora con mentalidad empresarial pasa por un aprendizaje constante y por algo muy importante: la capacidad de liderazgo, de una misma y de un equipo. Para conseguirlo puedes empezar por:
- Realizar un ejercicio de autoconocimiento, basado en un análisis DAFO de ti mismo, estudiando las debilidades y fortalezas, que te definen y que te exponen a posibles amenazas y oportunidades externas. Por ejemplo, tienes mucha paciencia, sabes escuchar y dominas a la perfección técnicas tradicionales, pero quizás estás un poco desactualizada y necesitas formación específica en algunas áreas.
- De la misma manera, podrás analizar tu negocio y a tu equipo de profesionales para poder detectar los puntos fuertes y débiles, y en qué medida puedes sacar partido a las oportunidades que se te presentan, así como revertir los posibles condicionantes externos con creatividad y nuevas ideas.
Así, si te conoces a ti misma y a tu negocio, te responsabilizas 100% y tomas el control de su funcionamiento, serás capaz de convertirte en un líder y un ejemplo para tu equipo. Un liderazgo basado en la empatía, la responsabilidad y la generosidad puede ayudarte a aumentar la satisfacción, compromiso e implicación de tu personal. Tener un equipo comprometido con tus objetivos y con tu método de trabajo será clave para transmitir una imagen sólida y profesional, así como para alcanzar tus metas y crecer.
5. Deja de temer las ventas y aprende a amarlas y a potenciarlas.
Las ventas son uno de los principales pilares de tu negocio. El problema es que hay profesionales del sector que las temen, las esconden o no les dan la importancia que realmente tienen. Tener miedo o vergüenza a vender es síntoma de una falta de seguridad en lo que ofrecen al cliente, tanto tratamientos como productos.
Una emprendedora con mentalidad empresarial si nota que le cuesta vender, busca la manera de aprender, de disfrutar vendiendo y de inculcar ese espíritu a su equipo. Al fin y al cabo vender es ofrecer a los clientes soluciones adaptadas a sus necesidades. Son recomendaciones realizadas desde el conocimiento, con la intención de ayudar y de ganarse la confianza y la recurrencia del cliente.
Si conoces y entiendes las necesidades reales del cliente te será mucho más fácil aprender a trabajar en lo que ofreces, cómo y con qué objetivo. Sé creativa, ágil y confía en ti misma.
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